jueves, 9 de octubre de 2008

Mi nalga pide clemencia


El día martes, sufrí un accidente muy fuerte y terminé con la muñeca moreteada y la rodilla totalmente raspada. Pensé que fue un simple raspón, pero no era así, aquella herida en la rodilla se me infectó, lo cual me produjo una inflamación que me ha impedido caminar del todo bien. Fui al médico y esté me dijo "Eso si esta feo", me recetó pastillas inflamotorias y luego creyó conveniente que tenía que descanzar durante dos días para que cicatrize la herida. No obstante, aquella visita se transformaría en una recuperación muy dolorosa. Si antes me habia recetados unas pastillas inmensas, difíciles de pasar; ahora tenía que dejar mi nalga a merced de una enfermera en cuya mano tenia una aguja inmensa. Si, me incaron la nalga, hace tiempo que no lo hacían, recuerdo que la última vez fue cuando tenía 5 años. El dolor fue intenso, tanto que sí antes cojeaba por el dolor de la rodilla, ahora mí mamá tenia que ayudarme a caminar. Al salir del policlínico, mí mamá me recordó que mañana tenia que venir otra vez, muy confundido le pregunté porqué, me dijó : "la enferma me estuvo diciendo que eran dos ampollas, ya una te colocó hoy, pero mañana a las 9am tendrá que incarte otra vez". Fue así que acabe con la nalga adolorida y acabé la mañana echo un desastre. Jamás se me vino a la cabeza que sanar de una rodilla fuera tan doloroso.

No hay comentarios: